Algunos lo conoceréis como “El Club de Literatura Juvenil de
Zaragoza”, otros como “Lij Zgz”, pero yo prefiero llamarlo el club.
Todos reunidos en un círculo, en alguna parte de El pequeño teatro de los libros, un
lugar realmente especial, pues fue allí donde parte de mi historia aquí empezó.
Quizá penséis que lo mejor de todo eso, es poder expresarte,
de dar tu opinión y que por primera vez sea escuchada y respetada. Pero os equivocáis.
Para mí, lo más especial de todo aquello es escuchar. Ver como los libros
cobran vida en acaloradas discusiones, con opiniones diferentes, pero en
realidad parecidas. O simplemente, personas que pueden expresar lo que sientes
por ese libro en palabras y tú, simplemente sonríes porque por una vez alguien
te comprende.
Cucharas, barrancos y sillas, son en realidad, palabras
terroríficas para algunos de nosotros.
También tenemos carritos inventados, o cajas que pasan de
manos en manos, ya que las galletas, aunque ninguno de nosotros lo admitamos,
son casi indispensables en las reuniones aunque sea solo para conservar su
esencia inicial.
A estas alturas del blog, es bien sabido que soy una persona
particularmente peculiar y quizá, una de las cosas que más adoro, es que allí
eso no importa. A lo largo de las reuniones, llegas a la conclusión de que
todos y cada uno allí tienen una rareza u otra, que cada uno es especial por
algo, y puede que quizá sea la primera vez que alguien lo aprecia.
No sería de extrañar que pensases que somos un grupo de
personas que se reúnen una vez al mes y después se olvidan los unos de los
otros, pero en efecto, te vuelves a equivocar. No miento cuando digo que
algunos de nosotros raramente sobreviviríamos sin los demás. Los frecuentes
cafés o las vueltas por el centro hasta horas intempestivas solo por el placer
de volver a vernos. Y no nos olvidemos de esas veces que vamos al cine, en las
que llenamos media sala de cine, y sus paredes se llenan de nuestros cuchicheos
comentando la película.
Podría seguir hablando durante horas, y seguir contándoos lo
especial que son para mí las tardes de viernes, sean lluviosas o no, nieve o el
calor nos derrita a todos, pero creo que mi cometido aquí ha acabado.
Mi propósito aquí era expresaros lo especial que puede
resultar a veces conocer a un grupo de personas y compartir palabras sobre un
libro que quizá caiga en el olvido, pero para nosotros siempre será el libro
que leímos en el club. Los libros
seguirán siendo devorados, criticados y amados, pues en 9 días aquello a lo que
yo prefiero llamar el club cumple su
primer año, y en su próxima reunión celebraremos los años que todavía le
quedan.
Y es así, lectores míos,
os expreso el amor por un sitio, quizá pequeño, pero extremadamente grande para
mí.
Nos leemos pronto.
Me encanta que digas que no nos vemos una vez al mes y luego nos olvidamos porque en verdad está pasando eso. :(
ResponderEliminarEspero que en cuanto termine los exámenes te vea un poco más porque tío, se me está pudriendo el confeti en casa.
adorable<3
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